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Felipe Oliva, presunto culpable, y la SOGEM. Por Estela Leñero

El lunes 28 de junio se realizó la Asamblea General Ordinaria 2016 de la SOGEM (Sociedad General de Escritores de México) y la orden del día, amañada, era

1. Informe de Lorena, la presidenta.

2. Informe de la Comisión de Vigilancia

3. Elección de Presidente Interino del Comité de Vigilancia.

4. Asuntos Generales.

Un grupo de escritores se reunió previamente con Mora Fernández de La Casa Mandrarina y las chicas que interpusieron una demanda a Felipe Oliva por violación y acoso sexual para tener claro el proceso que llevaban y cómo poder exponerlo en la Asamblea.

En la Asamblea ya sabían que se iba a tratar el asunto pues previamente a ésta, el lunes 20 de junio en la reunión de la rama de teatro, después de una larga discusión y las respuestas agresivas de Willebaldo López (que fungía como Presidente interino de la Comisión de Vigilancia) y el apoyo de muchos a él y a la intención de deslindarse con el argumento de que todo le corresponde a la ley, se logró aprobar el envío de una carta solicitándole a Mariana Brito desistiera del contrato de arrendamiento que había realizado hacía tiempo (tal vez un mes). A pesar de que el jurídico señalaba que eso era imposible pues se transgredía la ley, el único argumento que validaron fue que los hechos que habían sucedido en el Teatro Enrique Lizalde de Sogem, implicaban un daño moral y un desprestigio para la Sociedad

El antecedente de este contrato de arrendamiento realizado a Mariana Brito (pareja sentimental de Felipe Oliva en el momento en que sucedieron los hechos y cofundadora y productora por más de 17 años de la Asociación Nosotros hacemos teatro) es el siguiente:

Durante un mes SOGEM guardó silencio y se le insistió al Consejo directivo de SOGEM (constituido por dos representantes de cada rama: teatro cine, televisión, radio y literatura) que no dijeran nada. Pero las protestas de indignación y justicia en la redes sociales, el escrache realizado en el teatro, y la carta enviada a la Presidenta por parte de Casa Mandarina, los obligó a pronunciarse y emitieron un desplegado donde decían que no era de su competencia, que se deslindaban de lo acontecido y que se había rescindido el contrato de arrendamiento a este grupo (aunque durante muchos años se señaló que era una adjudicación como dato a esta asociación sin haber mediado licitación o convocatoria pública alguna para otorgarle un teatro que es de la SOGEM).

Efectivamente lo hizo e inmediatamente después hizo un contrato de arrendamiento a Mariana Brito (ya no a su asociación) hasta diciembre, para concluir, según informaron en la reunión de la rama de teatro, en diciembre. Tras la protesta por parte de integrantes de la rama de teatro (dígase yo) se consiguió esta carta de “solicitud” (no se admitió el término de “exigencia”)

Se le entregó la carta y ella en la Asamblea General (creo la leyó su hermana Jana Brito) respondió negándose rotundamente y que iba a defenderse por medio de la ley y luego leyó otra carta (cuando varios escritores exigieron aclaración y pronunciamiento por parte de SOGEM ante los hechos de Felipe Oliva en su teatro) negando que ella tuviera algo que ver y que éramos unos revoltosos mentirosos y demás.

Hasta aquí el antecedente

En la Asamblea entonces se cumplió el punto 1 y en el punto 2 que era el informe del Comité de Vigilancia pronunciado por su presidente interino Willebaldo (y sabiendo que después seguiría la elección de éste) se le increpó diciendo que precisamente ese comité estaba en la obligación de informarse, seguir el caso e informar a los agremiados sobre las denuncias y los acontecimientos. Ahí fue donde inició el debate rudo donde nosotros estábamos, para sorpresa nuestra, en desventaja, pues algunos agremiados discutían que la SOGEM no tenía nada que ver en lo que sucediera en sus teatros y que a ésta no le correspondía pronunciarse y menos tomar acciones. Todo tenía que seguir el curso legal, y tenían que esperar.

Se insistió en las evidencias, los testimonios y las denuncias de muchas jóvenes que vivieron ese acoso sexual, violación, ejercicio del poder y el chantaje de Felipe Oliva.

Se quejaron del escrache insistentemente y el abogado insistió que ya se había levantado una demanda para quien resulte responsable de los daños ocasionados al teatro. Nosotros indignados señalábamos que cómo era posible que estuvieran preocupados y quisieran proteger las instalaciones y no a las mujeres que en sus instalaciones vivieron esta violencia.

El conflicto de intereses dentro de la SOGEM era evidente: Willebaldo es padre de Mariana Brito y ésta pareja de Felipe Oliva. Por eso mismo, decíamos, se tenía que apartar a Willebaldo y a Felipe Oliva (el sigue perteneciendo a SOGEM, porque a decir de su presidenta ella no puede correrlo pues eso daría pie a que cualquier cosa que hiciera otro socio pudiera hacerlo)

Se procedió a la elección y ganó Willebaldo. Claro, la asistencia a la Asamblea fue mínima (no más de 60 personas en donde no había jóvenes sino ya casi viejos) pero la Presidenta y su equipo había obtenido los poderes necesarios (sobre todo los de televisión que son los más pues son los que más cotizan) que les permitieron votar por Willebaldo.

Después de eso, en la SOGEM no ha pasado nada. Ahora se preparan las elecciones en agosto (2016) donde Lorena y su equipo intenta reelegirse. Hay otros candidatos que están trabajando para entrar a la contienda.

 

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