La escuela y el derecho a la no maternidad. Por Florencia Lafforgue

Desde 2006 existe en Argentina el Programa Nacional de Educación Sexual Integral[1], que establece la obligatoriedad de la enseñanza de la Educación Sexual Integral en todo el país. La inclusión de la perspectiva de género constituye un avance importante en materia de derechos e igualdad entre hombres y mujeres, dado que contribuye al empoderamiento de éstas. La educación sexual es, además, una reivindicación histórica del movimiento de mujeres y del feminismo. En este artículo se realiza una revisión crítica de los materiales elaborados por el Ministerio, a fin de analizar qué espacio se le dedica a la maternidad/no maternidad. Nos preguntamos en qué medida la educación sexual, así planteada, contribuye a perpetuar la estigmatización, la criminalización social y el silencio que rodea a los abortos[2]. ¿Qué alcances y limitaciones tiene la ESI, cuando de interrupciones voluntarias de embarazo se trata? ¿Qué discursos circulan sobre el tema? ¿Qué nos dicen esos discursos acerca de las mujeres, la maternidad, los proyectos posibles, el cuerpo, el derecho a elegir? ¿Cómo pensar una ESI que realmente contribuya al empoderamiento y la autonomía de niñas y adolescentes, fortaleciéndolas en la capacidad de decidir sobre sus cuerpos? Este trabajo establece además algunas sugerencias para abordar el tema en las aulas, esperando de esta manera contribuir al debate y la implementación de la ESI en nuestras escuelas. Constituye una primera aproximación a un tema que nos interpela, como docentes y feministas: el derecho de las niñas y adolescentes (de las mujeres) a decidir sobre sus cuerpos.

[1] En adelante, ESI. [2] En Argentina, el aborto es ilegal salvo en caso de violaciones, o cuando corre peligro la salud o la vida de la mujer. Esta ilegalidad tiene consecuencias fatales: según datos oficiales, en el año 2013 murieron 50 mujeres por abortos realizados en condiciones inseguras.

Hablando de educación sexual integral en la escuela

A partir de la Ley 26.150/2008, que crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, se impulsa la enseñanza de la ESI en todos los establecimientos educativos del país, de todos los niveles y modalidades. Hablar de ESI implica pensar en articular “aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”. Esta visión constituye un avance respecto a otros enfoques, hegemónicos hasta el momento, sobre educación sexual. Los modelos biologicistas, biomédicos y/o moralizantes, parcializan y reducen la sexualidad y tienden a reforzar las relaciones de poder hegemónicas (Morgade, 2006).

El Estado entonces deberá garantizar el derecho fundamental de niñas, niños y adolescentes a recibir ESI en sus lugares de estudio y, además, ésta deberá incluir aspectos como la transmisión de conocimientos, pero también “procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres”. En el año 2010, se establecieron los lineamientos curriculares de la ley. Asimismo, el Ministerio, a través del Programa, fue elaborando diversos materiales y realizado capacitaciones para facilitar su implementación.

Un recorrido por los lineamientos curriculares y los materiales sobre ESI

En los contenidos que figuran en los lineamientos curriculares, así como en los diferentes materiales elaborados por el Programa de ESI, hay ausencia de temas que creemos de importancia fundamental que han sido históricamente vedados en los debates públicos y que recién en los últimos años se han instalado en los medios, en el debate político, sin perder el carácter de “tabú”. Uno de estos temas es el aborto.

Hemos encontrado una única referencia explícita al tema del aborto en los contenidos para la escuela secundaria: en el Ciclo Básico, en la enumeración de los contenidos de Ciencias Naturales/Educación para la Salud (Ministerio de Educación de la Nación, 2008: 36) y está formulada como sigue:

“El conocimiento de las situaciones de riesgo o de violencia vinculadas con la sexualidad: distintas miradas sobre la problemática del aborto (como problema ético, de salud pública, moral, social, cultural y jurídico etc.), las enfermedades de transmisión sexual, el acoso sexual, el abuso y la violencia sexual, el maltrato, la explotación sexual y trata.”

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Resulta interesante la inclusión de la temática como una “situación de riesgo o de violencia” y nos obliga a preguntarnos. ¿Cuál es exactamente el riesgo o la violencia en la que se está pensando? ¿El riesgo (casi inexistente) que se corre al practicarse un aborto en condiciones sanitarias óptimas o el riesgo de vida que se corre cuando se lo practica en la clandestinidad y sin recursos económicos? ¿Cuál es la “violencia”? ¿el hecho de que el aborto sea ilegal? ¿la clandestinidad? ¿las mujeres que mueren por abortos practicados en condiciones ilegales? ¿el hecho del aborto en sí? ¿Es posible comparar el aborto, realizado en condiciones sanitarias seguras, con la trata, el abuso, la violencia sexual? ¿Por qué? ¿Y en condiciones inseguras? La pregunta sería: ¿puede definirse a la clandestinidad del aborto como una de las múltiples violencias que sufrimos las mujeres? Nosotras, en definitiva, enmarcamos la problemática en esa situación.

Los materiales que sacó el Ministerio para trabajar la ESI abordan diferentes aspectos de la sexualidad: embarazos y adolescencias, infecciones de transmisión sexual: VIH-SIDA, violencia y maltrato, vulneración de derechos y abuso sexual en la adolescencia (Ministerio de Educación de la Nación, 2010). En ninguno de estos temas aparece siquiera insinuada la posibilidad de hablar de aborto. El segundo cuaderno “Contenidos y Propuestas para el aula” aborda temáticas más “complejas” y menos abordadas desde la educación sexual que suelen brindar las escuelas: vínculos violentos en parejas adolescentes, discriminación y diversidad sexual, y trata de personas. El aborto sigue estando ausente.

Consideramos que incluir los materiales y actividades con perspectiva de género representa un avance; sin embargo, el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpos, punto clave en cualquier análisis crítico que se haga sobre la dominación masculina y el patriarcado, continúa siendo omitido. ¿Qué implicaciones tiene hablar de “embarazos y adolescencias” y no incluir el aborto como opción válida?

Mi cuerpo, mi territorio: el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpos

“En efecto, desde la infancia se le repite a la mujer que está hecha para engendrar y se le canta el esplendor de la maternidad; (…) todo es justificado por ese maravilloso privilegio que ostenta de traer hijos al mundo” (Simone de Beauvoir, 1949: 473)

En nuestra sociedad, a pesar de múltiples y significativos campos donde la mujer ha avanzado en materia de igualdad y derechos, continúa el implícito, a veces explícito mujer =madre. Marcela Lagarde analiza cómo se espera que la sexualidad de las mujeres continúe siendo sexualidad para otros: sea para su placer, sea para la reproducción. (Lagarde, 1990). La expropiación de la capacidad de las mujeres de disponer libremente de sus cuerpos constituye una de las estrategias más poderosas del patriarcado. La decisión de una mujer de interrumpir un embarazo, la determinación de no ser madre, cuestiona las representaciones sobre la mujer, en quien se naturaliza la función de la maternidad, excluyendo en esa naturalización a la mujer como sujeto que desea activamente ser madre. La decisión de la mujer de abortar visibiliza esta situación y el posicionamiento activo de la mujer, desnaturalizando el mandato. A su vez, visibiliza la separación que existe, en la práctica y la cotidianeidad de las mujeres, entre reproducción y sexualidad. La prohibición de realizarse un aborto, la ilegalidad encierran el presupuesto de que la mujer es objeto, ya no sujeto; medio para un fin: la maternidad (Chaneton y Vacarezza, 2011).

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Algunos ejes para pensar el tema del aborto en el marco de la ESI

En el marco de la investigación-acción, nuestra propuesta tiene que ver con sugerir líneas posibles de abordaje de esta temática.

Puede pensarse que, aún con el debate público instalado hace tiempo, el aborto sigue pensándose fuertemente vinculado al ámbito de lo “privado”, lo “personal”, desatendiéndose a su costado profundamente político. El aborto condensa, como bien han analizado numerosas autoras (Martha Rosenberg, Alicia Gutierrez), la oposición a los mandatos del patriarcado, subvierte la asociación “sexualidad/reproducción”, vinculando la sexualidad de las mujeres al placer, entre otras cosas. Si hablar de sexualidad sigue siendo difícil en la escuela, mucho más lo es hablar del placer y el derecho de las mujeres.

Desde nuestro enfoque, respetando el marco de la ESI, el aborto es un tema que podría y debería estar presente. Algunas pistas y líneas para pensar estas intervenciones:

-Desde la perspectiva de la educación y promoción para la salud, se podría brindar información científica sobre cómo proceder en caso de embarazos que no se desea continuar, cuáles son los riesgos de realizarse abortos en condiciones inseguras, derivar a los centros de salud correspondientes, enmarcando este acompañamiento en la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

-Desde la perspectiva de género, es imperioso desnaturalizar las relaciones de género, entendiéndolas siempre como relaciones de poder, que atraviesan los cuerpos, las sexualidades y las decisiones reproductivas y no reproductivas. Reflexionar sobre el mandato de la maternidad para las mujeres, y sobre cómo asumen los hombres la paternidad.

– Desde la perspectiva de derechos, podemos trabajar en el conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos en general, pero, puntualmente, centrarnos en el caso del aborto. La situación legal actual del país, muchas veces desconocida por las alumnas, alumnos y docentes; cuándo el aborto es no punible; qué obligaciones tienen los efectores de salud cuando una mujer desea interrumpir un embarazo, entre otros.

Pugnamos por una educación que contribuya a que las adolescentes (las mujeres) puedan pensarse a sí mismas como sujetas, soberanas en sus cuerpos, en sus sexualidades, en sus vidas. Que no se reproduzca la falsa dicotomía que nos presenta el patriarcado, y que opone maternidad/aborto: que ambas se piensen como caras de una misma moneda, donde lo que está en juego es el proyecto de maternidad: no la maternidad sacralizada del patriarcado, pero tampoco el estigma y la culpa para quien la rechaza, sino una maternidad que se elige libre, conscientemente y no es algo que sencillamente “sucede” o único proyecto posible de una mujer. Que las niñas y las adolescentes, las mujeres, puedan pensarse activamente construyendo su propio proyecto de vida, que puede o no incluir a la maternidad.

 

Bibliografía

  • Chaneton, July y Vacarezza, Nayla (2011) La Intemperie y lo Intempestivo. Experiencias del aborto voluntario en el relato de mujeres y varones (Buenos Aires: Marea Editorial)
  • De Beauvoir, Simone 2013 (1949) El Segundo Sexo (Buenos Aires: De Bolsillo).
  • Lagarde, Marcela (1990). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas (México: Universidad Nacional Autónoma de México).
  • Ley 26.150/2006 y sus Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral en el nivel Medio (Buenos Aires: Dirección de Currícula y Enseñanza)
  • Ministerio de Educación de la Nación (2012) Educación Sexual Integral para la Escuela Secundaria II”. Contenidos y propuestas para el aula (Buenos Aires: Programa Nacional Educación Sexual Integral)
  • Morgade, Graciela (2001) Aprender a ser mujer. Aprender a ser varón (Buenos Aires, Novedades Educativas).
  • Morgade, Graciela (2001) Toda educación es sexual (Buenos Aires: La Crujía).
  • Pantelides, Edith Alejandra y Silvia Mario (2009) Estimación del aborto inducido en Argentina, en Notas de Población, N° 87, Santiago de Chile, CEPAL.

Imágenes:

1 y 2) http://nacc4.blogspot.mx/2013/03/prevencio-de-lexplotacio-infantil.html
3) http://www.deportesenel6.com.ar

 

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