En Chimalhuacán NADIE arrancará la rabia. Por Anaiz Zamora

Como botón de muestra del desinterés que tienen las autoridades de Chimalhuacán por atender y detener la grave crisis de violencia contra las mujeres que se vive en el municipio, el pasado 29 de abril fueron retiradas las cruces rosas que activistas y familiares de víctimas colocaron en el Bordo de Xochiaca para exigir un alto al feminicidio y la desaparición de mujeres.

Ante ello, el próximo domingo 29 de mayo, encabezadas por Irinea Buendía, activistas, colectivos y habitantes del municipio realizarán una movilización para dejar claro a los representantes de Chimalhuacán (uno de los municipios que desde julio de 2015 se encuentra en Alerta de Violencia de Género) “que podrán arrancar las cruces, pero no la rabia”.

Chimalhuacán, entre miseria, violencia y feminicidio

Ubicado al oriente del Estado de México, Chimalhuacán es un municipio de calles angostas y empinadas, algunas de ellas sin pavimento; sus casas grises, fachadas a medio terminar y azoteas llenas de cosas viejas, dibujan un paísaje muy distinto al señorío de la zona durante la época prehispánica.

Las zonas altas del municipio llegan a carecer de servicios básicos como agua potable o luz eléctrica. Las familias continúan siendo numerosas y deben dividir un ingreso entre seis o siete personas. Ésa es la realidad en la que se traduce el indicador de que el 62.7 por ciento de la población municipal vive en la pobreza.

De acuerdo con las Estadísticas de Incidencia Delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Chimalhuacán ocupa el lugar 13 entre los municipios mexiquenses con mayores tasas de criminalidad; por ello recibe recursos federales para fortalecer el desempeño de sus funciones en materia de seguridad pública mediante el Subsidio para la Seguridad en los Municipios (Subsemun).

Estos recursos no han impedido que policías municipales sean identificados como los mismos agresores de mujeres y niñas.

En febrero de 2013 (año en que según cifras oficiales se denunciaron 247 casos de violación), Alejandra Flores Flores fue violada sexualmente por policías municipales, quienes también asesinaron a su novio. Aunque los agresores fueron detenidos, el Ministerio Público sostenía que no tenía elementos para condenarlos.

Un caso emblemático del municipio y que ha logrado cimbrar a la justicia mexicana, es el de Mariana Lima Buendía, joven de 25 años y abogada de profesión asesinada en junio de 2010 por un agente policial que tras declarar que su esposa se había suicidado fue elevado de rango, y quien de acuerdo con los representantes del caso fue protegido y encubierto por las autoridades municipales.

El asesinato de Mariana es además uno de los 922 casos de feminicidio que se cometieron entre 2005 y 2010 en el Estado de México y que llevaron a organizaciones civiles a solicitar la activación de la Alerta de Violencia de Género en diciembre de 2010.

IRINEA BUENDIA, LA RESISTENCIA DE CHIMALHUACÁN

El 24 de junio de 2010 Irinea Buendía, originaria de Morelos y habitante del municipio mexiquense de Nezahualcóyotl, recibió la llamada telefónica que cambiaría su vida y la llevaría (años más tarde) a ser la portavoz de cientos de víctimas de feminicidio y desaparición en el Estado de México.

Ese día el entonces agente judicial, Julio César Hernández Ballinas, le anunció que “Mariana se habia suicidado”. Irinea se trasladó a Chimalhuacán para ver a su hija, ahí encontró varios indicios que la llevaron a cuestionar la versión del agente judicial, quien además ejercía violencia en contra de “Marianita” –como su familia le llamaba-.

Para entonces ya estaba vigente la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), así como un Protocolo de actuación para la investigación del homicidio desde la perspectiva de género en el Edomex (publicado en abril de 2010), aún así la muerte violenta de Mariana no fue investigada como un posible feminicidio y la versión de suicidio fue tomada como verdadera, pese a todas las pruebas que aportó Irinea.

La falta de preparación universitaria no le impidió a Irinea aprenderse de memoria el expediente de su hija y comenzar a dominar conceptos legales y de abogacia, tocó todas las puertas que pudo y fue así que el caso pasó por varias instancias judiciales, y por varias solicitudes de amparo ante jueces de distrito del Edomex, aunque en ninguna se consiguió que se investigara el caso como feminicidio.

Finalmente, con el apoyo del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, el caso de su hija fue atraído por la Primera Sala de la SCJN en 2013 al considerar que el caso reunía los requisitos de “importancia y trascendencia”, y en marzo de 2015 el máximo tribunal del país ordenó volver a investigar los hechos bajo la hipotésis de feminicidio. Con ello Irinea logró abrir la jurisprudencia para todos los casos de feminicidio del país.

Su largo recorrido no se reduce a exigir justicia para su hija, el puño de Irinea se ha levantado en muchas ocasiones para reclamar un alto a la violencia que enfrentan todas las mujeres del país.

UN RECLAMO AÑEJO

En mayo de 2014 ante la inacción y dilación de las autoridades del Estado de México para frenar el feminicidio activistas y defensoras de Derechos Humanos (DH) iniciaron una “alerta ciudadana” para visibilizar los lugares donde desaparecen y son arrojados los cuerpos sin vida de las mexiquenses. Mes con mes recorrieron los municipios más violentos para las mujeres mexiquenses: entre quienes encabezaban la manifestación siempre estuvo Irinea Buendía.

Para julio de 2014, la alerta ciudadana llegó a Chimalhuacán, para denunciar que en la mayoría de los casos los cuerpos son arrojados en terrenos baldíos, casas abandonadas, basureros o avenidas sin iluminación o en pésimas condiciones, como el Río de la Compañía y el Bordo de Xochiaca, avenida que, además de albergar un tiradero de basura y casas de cartón, marca el límite entre ese municipio y Nezahualcoyotl.

Ese recorrido llegó a las puertas del palacio municipal, que permaneció cerrado como símbolo de la cerrazón de las autoridades ante la violencia que enfrentan las mujeres, y a las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, cuyos integrantes respondieron de forma violenta al ser señalados como cómplices de los agresores.

Fue en ese recorrido que se colocaron las primeras cruces rosas en el municipio para marcar los puntos más violentos para las mujeres y para recordarle al gobierno su responsabilidad en materia de prevención de la violencia.

El pasado 5 de marzo, se realizó un recorrido por la “ruta de los feminicidios” que contempla Ecatepec, Nezahualcoyotl y Chimalhuacán, donde activistas, defensoras y familiares de víctimas colocaron otras cruces rosas de madera a lo largo del canal de la compañía (en donde son arrojados cuerpos de mujeres y jóvenes).

Con maquinaria pesada, el pasado 29 de abril el municipio arrancó las cruces que simbolizan a cientos de mujeres que han perdido la vida por la impunidad estatal, con el pretexto de realizar “trabajos de nivelación de la zona”, en una total falta de respeto las cruces, que fueron abandonadas en las calles.

Este domingo, las calles de Chimalhuacán de nuevo sentirán la presencia de una marea morada que invadirá el municipio con cruces rosas.

*Fotografías: CIMAC Noticias

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