#Para no olvidarte, Irinea

Su nombre tiene la fuerza de un personaje de literatura fantástica, y así es ella: fuerte e inquebrantable. Se llama Irinea Buendía y hace más de cuatro años recibió una llamada que nadie debería recibir: “su hija se acaba de matar”, le dijo Julio César, su yerno, al otro lado de la línea.

Cuando Irinea fue a ver el cuerpo de Mariana, en el hogar que compartiera con su esposo, la encontró sobre su cama. Según la historia del suicidio que contó Julio César, su hija había terminado con su vida con un cordón de 5mm de grosor fijado al muro por un pequeño clavo. A pesar de lo absurdo e inverosímil del relato, a las autoridades ministeriales les tomó tan sólo diez minutos levantar un informe en el lugar de los hechos que corroboraba esa ofensiva versión.

Julio César Hernández Ballinas era agente ministerial, y por más de año y medio había golpeado a Mariana y la había amenazado de muerte: “le puso la primer golpiza y le dijo que le iba a dar un solo golpe con un bat que tenía recargado en la pared y le iba a dar uno nada más en la cabeza y la iba a meter en la cisterna”, fue una de las tantas declaraciones que Irinea dio a las autoridades para establecer el contexto de violencia que vivía su hija, pero nadie la quiso escuchar.

Pese a todas las irregularidades y todas las pruebas que indicaban que Julio César había matado a Mariana, el hombre no sólo quedó libre de responsabilidades, además fue premiado y ascendido a comandante de la agencia ministerial de Chimalhuacán, en el Estado de México. En el reino de la impunidad el victimario es la ley.

Pero el dolor y el reclamo de justicia de Irinea cobrarían la fuerza inagotable de las mareas. Tras un penoso calvario que la llevó a tocar la puerta de más de 20 ministerios públicos, tres fiscales y dos procuradores de justicia, por fin logró que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se viera obligada a reabrir el caso de Mariana, reconociendo las omisiones, las irregularidades y el actuar doloso de los funcionarios públicos que llevaron el proceso.

Lamentablemente, y a pesar de que el máximo organismo judicial en México ha dictado que la Procuraduría General de Justicia del Estado de México debe brindar seguridad a la familia de Mariana y garantizar una nueva investigación con personal capacitado en perspectiva de género, nada se ha hecho hasta ahora. Nadie de la procuraduría se ha acercado a Irinea, no se ha considerado a Julio César como responsable del asesinato de Mariana. El feminicida está libre y, por si fuera poco, sigue contratado como agente judicial.

Irinea transformó su dolor en lucha, como lo tienen que hacer los familiares de mujeres asesinadas y de desaparecidxs en México, ante la impunidad de un Estado cada día más enlodado. Hoy recordamos a Mariana y reconocemos la fortaleza de Irinea Buendía, que no se detendrá nunca. Con ella debemos caminar, alzar la voz y exigir la justicia que le han negado.

No nos vamos a callar, no vamos a olvidar.

Irinea_buendia

Referencia del caso: http://www.proceso.com.mx/?p=400387
http://aristeguinoticias.com/2603/mexico/omisiones-graves-en-el-caso-de-mariana-lima-abogado-en-cnn/

Imagen: http://sipse.com/mexico/supuesto-suicidio-de-mariana-lima-buendia-fue-homicidio-afirma-madre-victima-144121.html

 

About La que Arde

Somos una revista vigilante. Compartimos con nuestras lectoras contenido de interés público. Dialogamos sobre formas de construir una sociedad más justa para las mujeres y niñas.

Check Also

Después del ayer. Por Ana Laura Santamaria

Renazco del sueño fugitivo, de la mirada indolente, del campo minado de los recuerdos, de …

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

La que Arde